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lunes, 1 de diciembre de 2014

Artritis y artrosis: Artritis Reumatoide.

Artritis y artrosis: Artritis Reumatoide.

Esta entrada se va centrar en explicar la diferencia entre artritis y artrosis, así como sus correspondientes características bien diferenciadas. Además, nos centraremos en la Artritis Reumatoide, ya que es una patología que en la actualidad lleva a numerosas personas a los centros de salud debido a su gran morbilidad.

 Debemos recordar que un diagnóstico y un tratamiento precoz frente a unos síntomas iniciales de esta enfermedad puede resultar la cura desde el principio o la minimización de sus síntomas, ya que con el paso del tiempo las posibilidades se van reduciendo.

Hay que tener en cuenta que el término en ingles de artrosis es "osteoarthritis", y es un término confuso.

Artritis y artrosis.


La artritis, como indica su propio nombre, significa inflamación articular, es decir, el área donde dos huesos se encuentran. En la actualidad, existen más de 100 tipos diferentes de artritis.

Toda articulación está provista de cartílago hialino, formado por unas células llamadas condrocitos, y mejora y ayuda al deslizamiento entre huesos además de amortiguar posibles golpes y traumatismos. Este cartílago es vital para la salud de la articulación y es avascular. La artritis involucra la degradación del cartílago (artrosis), por lo que con el paso del tiempo al producirse el movimiento en esa articulación las caras oseas que están en contacto irán rozando y con ello aparecerá dolor, dificultad para el movimiento de la articulación, hinchazón, calor y enrojecimiento de la zona (debido a la inflamación) y rigidez.


Recordemos que la inflamación de una articulación puede estar producida por diferentes factores:

  • Fractura osea.
  • Desgaste y deterioro general de una articulación.
  • Infecciones, generadas normalmente por bacterias o virus.
  • Enfermedades autoinmunitarias.
Por lo general, la inflamación desaparece una vez el causante recibe tratamiento, pero no en el caso de una artritis crónica. Puede aparecer tanto en mujeres como en hombres, y por lo general hablamos del tipo osteoartritis o artrosis.




   

En cuanto a su tratamiento, el objetivo fundamental será reducir el dolor, mejorar la funcionalidad y prevenir un daño articular mayor. El tratamiento preferido para la osteoartritis es el cambio del estilo de vida, como por ejemplo la realización de ejercicio adaptado o de resistencia (aerobico por lo general), además de ejercicios para tratar la flexibilidad y mejorar el tono muscular, para mejorar la funcionalidad, reducir la rigidez y el dolor, etc. 


Otras medidas que se pueden adoptar son: 

  • Dormir bien, entre 8-10 horas cada noche.
  • Evitar mantener una misma posición durante un tiempo prolongado.
  • Poner en práctica técnicas que mejoren la reducción de estrés, como el Yoga o el Taichí.
  • Alimentación rica en frutas y verduras, así como de ácidos grasos y Omega-3, tales como pescado de agua fría...
  • Si se tiene sobrepeso bajar el peso.
  • Evitar alcohol y tabaquismo en exceso.
El médico puede sugerir aplicar la Fisioterapia, es decir lo qué nosotros los fisioterapeutas podemos hacer para mejorar la calidad de vida del paciente, sabiendo que lo normal es no poder curar la causa subyacente. 

En cuanto a nuestros posibles tratamientos que podemos poner en marcha encontramos:  

  • Termoterapia y crioterapia (calor o hielo).
  • Hidroterapia.
  • Masaje.
  • Férulas o dispositivos ortopédicos que ayuden al apoyo de la articulación y mejorar su posición. 



Artritis Reumatoide.

La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria tremendamente frecuente. Sus características son:
  1. Enfermedad inflamatoria sistémica, es decir, no afecta solo a las articulaciones, si no que sus síntomas se ven reflejados en muchos otros órganos.
  2. Provocan inflamación crónica de la membrana sinovial de las articulaciones diartrodiales, vainas tendinosas y de bursas sinoviales de deslizamiento.
  3. Si no se trata produce la destrucción articular progresiva.  
Epidemiología.
  • Enfermedad muy común que se suele dar en gente joven y el predominio se encuentra entre los 30-50 años.
  • Más frecuente en mujeres.
  • Enfermedad autoinmune.
  • La causa es desconocida. Se le suele atribuir a la carga genética, pero no es un factor imprescindible.
  • La gente fumadora tiene está más predispuesta a padecer esta patología.
  • Los que la padecen son más propensos a enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades asociadas.
  • Mayor posibilidad de que proliferen células malignas, ya que el sistema inmunológico está en constante activación.
Manifestaciones clínicas.



Encontramos poliartritis, es decir, una inflamación simétrica de varias articulaciones y tiende a ser en manos y pies.

Por lo general aparece de manera pausada, y poco a poco la articulación se va degradando y deformando. Ha de quedar muy claro que cuanto antes se detecte mayores serán las posibilidades de hacer que desaparezca o minimizar sus síntomas todo lo posible. 


Produce dolor articular debido a la inflamación, tumefacción, limitación de la movilidad, rigidez matutina, fiebre o febrícula y una pérdida de peso considerable. 

En cuanto a sus manifestaciones extraarticulares es frecuente que se acompañe de la aparición de nódulos reumatoides, bultos formados por fibroblastos y células inflamatorias. Suelen localizarse en codos y zonas donde hay una alta presiónTambién puede aparecer un síndrome seco, debido a la atrofia de las glándlas salivares y lagrimales, y se deja de llorar y falta la saliva. Otros problemas que podemos encontrar son:
Nódulos reumatoides en falanges.
  • Afectación pulmonar.
  • Osteoporosis.
  • Enfermedades vasculares.
Recordar también que el factor reumatoide no es específico de la artritis reumatoide, puede encontrarse en otras enfermedades: Lupus, hepatitis, endocarditis, etc.

En cuanto a los factores predictivos de mal pronóstico encontramos:
Nódulos reumatoides en el codo.
  • Sexo femenino.
  • Comienzo insidioso.
  • Número de articulaciones inflamadas.
  • Nódulos reumatoides.
  • Factor reumatoide positivo.
  • Presencia temprana de erosiones.

Resumen:
  1. La artritis reumatoide es una enfermedad potencialmente grave.
  2. Un diagnóstico y tratamiento precoces son esenciales.
  3. Es crucial el seguimiento estrecho de la enfermedad.
  4. Hoy en día es posible con el tratamiento frenar el daño estructural y por tanto, evitar la discapacidad.
















Bibliografía:
  • Apuntes de clase.
  • http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/
  • http://www.dmedicina.com/enfermedades/musculos-y-huesos/artritis-reumatoide